DRY RIVER 2038
Tercer larga duración de estos castellonenses, y esta vez han dado en el clavo, su mejor obra hasta la fecha, un disco redondo y que es lo mejor que ha salido en España de rock clásico en los últimos años, y no es un farol ni exageración.
 
Si eres amante del rock pomposo y majestuoso, la apertura con “Perder el norte” si no te hace estremecer, algo falla en tu cadena auditiva; una melodía de teclado contagiosa, ambos solos de guitarra llenos de feeling y técnica, y la voz de Belinchón inconmensurable, aparte de esos coros contagiosos y esa sección lenta tan emotiva.
 
Mantienen ese pulso majestuoso con la rítmica “Fundido a negro”, alegato ecologista que posee ese duelo de arreglos de guitarra por parte de Carlos y Matías que te deja pasmado, aparte de otro ejercicio de virtuosismo en los teclados de Martí y en la batería de Pedro.
 
El blues rock que destilaban los lejanos purple tienen continuidad actual en su tema “Rómpelo”, eso sí, mucho más dinamismo y grandes coros, con un estribillo pegadizo y un hammond de Martí de infarto; muy original el uso de metales entre esos solos de guitarra.
 
Single presentación y su canción más insigne de este álbum, toda una belleza titulada “Me va faltar el aire”, medio tiempo que firmaría Queen sin dudarlo: coros, melodía, solo de guitarra y la voz de Belinchón que te lleva a otra dimensión, simplemente perfecto; ojo su coro final que hará vibrar al público en sus directos.
 
El bajo de David convulsiona en la cachonda “Me pone a cien”, todo un alegato contra los hits prefabricados, con esa base funk e impulsada por unos metales bien ensamblados, aparte de regocijarse por la bossa y la motown, y añadiendo un estribillo matador. Rápida e incisiva se muestra “Camino”, rozando el metal progresivo, con la batería de Pedro muy endiablada, con un arreglo de cuerda inquietante que cabalga sobre un riff de guitarra pesado; el solo de hammond vuelve demostrar el grado de técnica de Martí, y sorprende ese final de piano tan melódico.
 
Casi empatado llega “Al otro lado”, un tema lleno de referencias musicales, siendo un blues lleno de profundidad y sentimiento, con la voz de Belinchón llevando de nuevo todo el peso, esta vez con guiños a su admirado Mercury, y que es imposible no palpar los toques de May en las notas sueltas de la primera parte de la canción, y referencias al Shine on you crazy diamond de Pink Floyd en la segunda parte.
 
Cambian de registro con las acústicas como protagonistas en “Cautivos”, canción de ambiente alegre y festivo, muy deudora de los Jethro Tull más fiesteros o unos Lynnyrd Skynnyrd de taberna.
 
Su tema más complejo es sin duda “Peán”, música progresiva en toda su acepción, con gran dosis de épica y metal (Muse), manteniendo su esencia rockera en ciertos pasajes (Supertramp, Uriah Heep), con un virtuosismo de todos los componentes, y que cualquier amante del heavy metal ibérico (Warcry, Ankahara) disfrutará con gusto; increíbles los coros y las melodías de las guitarras.
 
No sé si es premeditado, pero luego de la escucha anterior, cerrar con una hard rockera “Con la música a otra parte” te deja absorto, sobre todo por ese poso a sus admirados Asfalto, llevándote a esos años ochenta donde todo valía para expresar tu inconformismo; gran duelo de guitarras y otro estribillo de libro.
 
Portada normal. Libreto currado. Producción excelente de Carlos Alvarez.
 
Quizás el disco del año...
 
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