Tras un aplazamiento de dos años, por fin pudo celebrarse en Canido el anhelado homenaje a Toñito Pedreira, su vecino y cantante de Riff-Raff. Su óbito el 08/05/2019 nos dejó a los que lo conocíamos con un nudo en la garganta más difícil de deshacer que el gordiano.
Canido es un barrio de Ferrol que, como toda la ciudad, ha venido sufriendo esa crisis permanente, unas veces sibilina, otras palpable, que le ha tocado a la excapital departamental desde la malhadada reconversión industrial de los años 80 y los sucesivos golpes que ha recibido en su tejido industrial y humano, tanto por la desertización de su actividad productiva naval como por el abandono paulatino del sector público administrativo, especialmente el militar, que en el pasado habían sido especialmente importantes y decisivos y casi su razón de existencia. El resultado son unas cicatrices que se resuelven en pérdida y envejecimiento de población y deterioro de servicios y edificios que fenecen y se arruinan por falta de cuidado humano y atención de los poderes públicos que manejan los cuartos para el mantenimiento y arreglo de las infraestructuras y la belleza de la urbe.
Frente al desafío del folio en blanco se presenta el dilema: ¿Cómo conseguir plasmar con palabras el caudal de sentimientos y sensaciones experimentados en la cita con los Cordovas, dejando a un lado mi condición de fan irredento desde la noche en que pude disfrutarlos por vez primera en directo?
Uno hace más de 600 kilómetros con la predisposición de pasar una noche inolvidable después de leer las muy positivas críticas de esta última gira por Europa, pero siempre está el miedo a que las expectativas no se vean satisfechas. ¿Estará la banda que navega sobre las cenizas de los Grateful Dead, The Band o los mismísimos Allman a la altura que de ellos cabe esperar?
Todo indica que los tiempos pandémicos han quedado atrás y el mes de abril es testigo de una actividad “concertil” como la de antaño, prueba de ello es la ausencia de mascarillas y el “Sold Out” que colgó la sala Capitol de Santiago de Compostela. En esta ocasión hemos tenido la suerte de poder disfrutar de una banda que todavía no había pisado tierras gallegas, hablamos de EAGLES OF DEATH METAL. El concierto se engloba dentro del ciclo “XACOBEO IMPORTA” que traerá a tierras galaicas todo un elenco de bandas para todos los gustos desde WHITE LIES, PAT METHENY o JAMES HUNTER.
Sábado santo, y por múltiples motivos que van más allá de lo religioso. A la entrada de la Sala Capitol, una legión de motocicletas, de las que retumban hasta con el motor apagado, sirve de guía para que el mismísimo leviatán sobre ruedas ponga patas arriba la brújula del saber estar y se proyecte con terceras disminuidas sobre el santuario de la Sala Capitol. Toca noche de Rock & Roll y el ambiente está a media chispa de arder como la gasolina: el club de moteros local, los Black Birds MG, ha montado un buen tinglao. Vamos allá.
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