Desde Puerto Rico llega esta postal musical que poco tiene que ver con los paisajes tropicales que hacen famosa a esas tierras isleñas. Comandados por Christian Ayala en la voz y guitarra, este disco de metal progresivo va cautivar a los más metaleros como a los seguidores del prog más clásico. Ya con su inicio hipnótico “Beyond the threshold part I”, con esas armonías de guitarra bien enroscadas a cargo de Ayala y Luis Javier Rivera te dejan a la expectativa de por dónde girará el tema, con la voz de Ayala que te atrapa por su melosidad sin empalagar y la batería de Adrián Arroyo desplegando artificios en sus partes más heavies.
Remata con un piano que te lleva a “Beyond the threshold part II”, un crescendo que te lleva a recordar a las obras más prog de Steve Wilson, donde las guitarras cobran protagonismo; su interludio es una elocuente sección de piano y la voz pulcra de Ayala que nos lleva con emotividad hacia su explosivo final, otro gran despliegue en las guitarras y unas melodías vocales sobresalientes.
Un tema como “A decisión must be made” entra en la línea de temas con mucha carga atmosférica, una guitarra inicial que engancha, un juego de voces que elevan la gratificante escucha y un desarrollo armonioso que te deja absorto en tus pensamientos; el bajo de Gabriel Rodriguez redondea el sonido con unos deslizamientos de mástil sutiles y dinámicos, mientras los solos de guitarra suenan intensos y la voz de Ayala en los años ochenta.
Un piano clarividente abre “The narrowing of meaning”, acertado single de la banda, seguido por otro artificioso riff de guitarra de técnica irreprochable y lleno de melodía, volviendo a jugar con los cambios de ritmo y ambientes, dado también a la duración del tema que supera los diez minutos. La voz aguda de Ayala es otro punto fuerte, que me deja asombrado por su parecido a Phil Collins; las guitarras tienen su labor, con la colaboración de Richard Henshall de Haken en un solo, aparte de otra brillante aportación de Arroyo tras su batería, con cambios de ritmo bien ensamblados y unos coros sublimes.
“Even/You” y su teclado inicial te transporta a su faceta más atmosférica, una especie de balada donde toma protagonismo la voz de Ayala y los colchones de sintetizadores, que no pasaría de ser algo baladí si no fuera por el solo de guitarra que se marca Israel Romeo para finalizar la canción.
Mi tema favorito es el más largo del disco, “Adder’s bite”, toda una epopeya prog que se inicia con acústicas y la voz de Ayala como centro de atención, y acompañados de un colchón de syntes recreando esa atmósfera bucólica; una pausa y entra con fuerza toda la banda, unos riffs de guitarra más pesados acompañando otras melodías más alegres, con cambios de ritmo que despacha muy bien Arroyo, surcando partes más agresivas donde Ayala se desliza para rasgar un poco sus cuerdas vocales, y que te llega a sorprender cuando sube su registro en su sección más melódica. Rematan este largo tema con una sección a medio tiempo mucho más melódico y que nuevamente te retrotrae al Wilson en solitario.
Con un explosivo inicio llega “Derelict minds”, del cual hicieron un vídeo lyryc de presentación del disco, siguen la estela de su tema inicial con un riff pegadizo y la voz de Ayala muy Collins, posee un cambio de ritmo incisivo, con unos riffs muy sueltos, la batería de Arroyo increíble y un solo de teclado a cargo de Kevin Moore en la parte central que le da otro giro inesperado a la vez que sorprendente, adentrándonos en territorios de los Anathema más clásicos, llevándonos a un final melódico y ya característico de Avandra.
El cierre es empatando lo anterior con unos syntes y unas percusiones programadas a cargo de Daniel Schwart de Astronoid, y que titulan “Q.E.”, siendo una outro atmosférica que juega con el oído y que se escucha sin más.
Portada sencilla pero efectiva. Digipack mejorable las letras que son muy pequeñas, aunque muy currada la presentación. Producción excelente a cargo del propio Christian Ayala.
