Reivindicamos la ópera prima que en el año 2018 editaron para el sello Sweet Grooves Records, el cuarteto asentado en Vigo, Antonio Cafre Y Los Traumáticos, titulada “No Sin Mi Chupa”. Con su anterior Ep, “De Vigo a Bangkok”, ya ponían sobre la mesa sus cartas ganadoras: rock,n,roll de alto voltaje, cantado en castellano y con esa esencia romántica – en el sentido estricto de la palabra – que conservan muchas de esas bandas que no suelen verse en muchos de los multitudinarios festivales de verano que presumen de “indies”.

En sus filas se encontraba ese obrero del rock, cuyo nombre artístico responde al de Indy Tumbita; un excepcional compositor y guitarrista, al que un día deberían de hacerle un homenaje o monumento en Vigo por su gran aportación al rock,n,roll en Galicia (Abel, estás tardando). Junto a él, el entrañable letrista y vocalista, Antonio Cafre – muy recomendable es la audición de su disco con Los Cafres, “Tractor Cerebral”, publicado en el año 1988 – compartía protagonismo con una sección rítmica demoledora en la que se encontraba Juanma Ons (bajo, piano y coros) y Emilio Iniesta (baterista).

Lo que más llama la atención de este álbum, es la actitud chulesca e insolente que desprenden unas vibrantes canciones cuyas letras parecen estar teñidas de nostalgia.

Temas de riffs subversivos y solos de guitarra bien afilados como “De Vigo A Bangkok” o “Tú y Yo”, remiten a conjuntos como The Hellacopters o The Flaming Sideburns. A destacar esa canción portuaria y marinera titulada “Abajo En El Muelle”, cuyo gran fraseo de guitarra puede recordar al que aparece en un tema de La Frontera, titulado “Mi Destino” y con un desbocado solo de saxofón a cargo de Manuel G. Sanz, cuya influencia remite al free-jazz. El espíritu pop aparece en temas como “Bomba Emocional” - con un fraseo de guitarra que parece derivar del surf-rock - “Rubíes Entre Tus Dientes” o esa pasional canción de huida titulada “Shangri-La”. De esta pieza, sobresale una introducción y final baladístico que nos retrotrae al final de los años 50s y primeros 60s, con un punzante solo de guitarra de efectiva melodía y un estribillo para cantar a pleno pulmón. Influencias de conjuntos que son toda una garantía como Burning o Dogo Y Los Mercenarios, se encuentran en canciones como el funk-rock “1989” o en el vitalista estribillo de “El Futuro Ya No Es Ayer”. Uno de los temas más inspirados de este trabajo es “La Ruleta”, con una melodía de guitarra “fronteriza” y con una extraña atmósfera que remite a algunas bandas españolas de los 60s. Como colofón final, tenemos la tonada tabernaria de espíritu beodo, titulada “En El Whiskey Bar”. Una oda a la amistad, que supone toda una rareza dada la cruda e intensa electricidad del resto de canciones y que cuenta con el acordeón de Alberto Sánchez y los coros de Juan Rocktopus.

Porque no se prodigaron más en directo y por que finiquitaron tan pronto su andadura, son misterios que tal vez nunca sabremos, pero creo que con el tiempo este único larga duración debería de convertirse en uno de esos discos de culto a los que el tiempo y los oyentes, den la razón.

Y para independientes, ellos.

Más información: