Rosendo De escalde y trinchera
No voy ser quien diga que más de lo mismo, pues si mantiene su ley de ser uno mismo no esperarse una desilusión por su manera de vivir de esto. Inicia navegando fuerte con el acertado single “Cúrame de espantos”, rock sin fisuras desde su Carabanchel, con letra letal y batería de Gaspar di Geraldo brillante al compás de otro riff de bolsillo de Rosendo.
 
Aguanta el tipo con “Que si vengo, que si voy”, otra ración del Rosendo socarrón, sin abusar de la guitarra aunque despliegue unos buenos solos, y centrados en el toque simple del tema. Más áspero suena “Un capullo dentro de un jarrón”, recuperando crudezas pretéritas que van disfrutar los calvos y canosos del lugar, con otra letra maestra y dejando brillar el bajo de Rafa.
 
Afloja el aire con “¡Que bufonada!”, de lo más del disco, esos armónicos en la guitarra tan suyo y esa batería a piñón fijo de Mariano te arrastran hacia un falso estribillo que es elevado a los tejados por la flauta del gran Jorge Pardo. Su vástago Rodrigo le aporta la letra en “Terciopelo herido”, suave y ruda recordando un camino ya paseado pero con otra vista, a gusto de los seguidores.
 
Te acostumbras a esos ritmos continuos tan dados en “El botillo y la pringá”, pues sigue siendo de su casa este tipo de composiciones, con la salvedad de esa gaita final tocada por Mintxo. Mejora su propuesta con otra moneda de oro, “Soy” te lleva por su ombligo y te saca por la voz durante este rápido ejercicio de simple rock ibérico.
 
Baja su andar para “Maldita flojera”, canción que se deja oír lo que ya se había oído, ofreciendo salida al desaliento y  nada más que decir. En esto de arriesgar nos da “A pesar”, sutileza jamaicana con hammond incluido de Juan Delgado, destacando el bajo de Rafa y una letra autobiográfica que inspira futuro.
 
Se nos despide más oscuro con “El túmulo”, otra lenta apelación al paso del tiempo y el final vital, dejándonos algo fríos.
 
Disco que continúa lo ofrecido en su Vergüenza torera, pero con menos brío.
 
Portada simple. Libreto con letras. Producción buena del eterno Eugenio Muñoz, aunque para mí es el desigual tratamiento de la batería en algunos temas. 
 
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