Transcurría el sexto día del último mes del 69 cuando a Meredith Hunter con sus dieciocho añazos le dio por querer encaramarse a la plataforma en donde, Jagger y sus satánicas, tocaban ya el tercer tema de la noche: Under my Thumb.
 
A los Angeles del Infierno, encargados de la seguridad del evento, no les pareció bien la ocurrencia y decidieron cortarle el paso con cinco navajazos. Al parecer el joven iba armado y eso sirvió para que el motero, Alan Passaro, fuera declarado inocente del cargo de homicidio del “morenito” Meredith.
 
El Speedway Free Festival de Almont, con su saldo de cuatro muertos y centenares de heridos, fue considerado como el acontecimiento que marcó el fin de la era hippie. El Flower Power se marchitaba…
 
No es que uno a pesar de peinar canas tenga vivencias de dicho período, pero si referencias, muchas. Eventos, películas, canciones y personajes que han influido en los gustos musicales, en la manera de vivir, en el día a día de los de mi generación y las posteriores. Uno de esos personajes ha sido Janis Joplin…
 
Su reencarnación, Mary Beth Richarson integrante de la formación Banditos, estuvo entre nosotros el pasado octubre. Primero en Vigo y luego en nuestra ciudad en dos fechas difíciles de olvidar.
 
¡Qué manera de gozar!¡Qué manera de cantar!¡Qué manera de sentir!…(que diría un colchonero)
 
Empieza el show… El Jack Daniels afina y atempera unas cuerdas vocales prodigiosas. Mary Beth se mueve por el escenario lentamente con una pandereta enroscada en el brazo antes de descerrajar cada tema pegada a un micrófono que se deja querer y sobar por la de Alabama.
 
Sublimes medios tiempos y baladas blues: “No Good”. Efusiva entrega, pasión y sudor en los temas más acelerados: “The Breeze”. Monstruosas versiones en los clásicos: caen “I put a spell on you”, “Midnight special” y “Piece of my heart”.
 
Espectacular…
 
 
Claro, Banditos no es sólo una VOZ…
 
Richardson está acompañada por Corey Parsons (voz, banjo), Stephen Pierce (voz, guitarra), Randy Wade (batería), Jeffrey Salter (guitarra) y Danny Vines (bajo).
 
Su carrera conjunta comenzó hace ocho años cuando banjo y guitarra empezaron a tocar en acústico por la escena indie de su Birminghan natal (Alabama). Posteriormente fueron añadiéndose el resto de componentes a la banda. Tras decidirse a vivir bajo un mismo techo, cosas del hippismo militante, y viajar continuamente a Nashville, se instalan en la ciudad de la música de manera definitiva.
 
Ellos son los nuevos Big Brother and the Holding Company. Un gran directo que supera con creces a lo escuchado en sus dos larga duraciones. Se apropian de elementos del acid rock fusionado con el blues de los años 60, el boogie descarnado de los ZZ Top, el garaje punkarra de la Burger Records, los sonidos quejicosos de los The Drive-By Truckers, los aires de pantano de la CCR, el groove de Slim Harpo, el sonido del Fat Possum Blues, el country rock de los The Byrds, el bluegrass, el sonido del Muscle Shoals Studio e inesperados escarceos con la dulzura del doo-wop… Los Banditos nos suenan a muchos en general, pero a nadie en particular.
 
Dando descanso a la voz femenina, se arrancan Parson y Pierce alternándose en los temas y entonces la tensión escénica decae hasta que Mary Beth vuelve a asumir el papel protagonista poniendo patas arriba la sala.
 
Lujazo de noches. Oportunidad perdida para todos aquellos descreídos que aún no han abrazado la doctrina de Siddhartha Gautama, Buda para los amigos… Janis estuvo aquí.
 
I believe...!!!