A golpe de miércoles el ciclo de música, de ámbito nacional, SON ESTRELA GALICIA, aterrizó en la ciudad de Santiago de Compostela. La marca cervecera se vuelca con la cultura y en esta ocasión nos brindó la oportunidad de poder disfrutar del soul-rock del grupo VINTAGE TROUBLE. Los californianos planean por segunda vez por tierras del apóstol, pero esta vez en un formato de sala ya que en la anterior ocasión se subieron a las tablas en uno de los escenarios emblemáticos de nuestra ciudad, nada menos que la Plaza de la Quintana. La expectación era máxima por la huella dejada en aquella ocasión y la curiosidad de como se iba desarrollar el show, en un formato más reducido, hicieron que la sala Capitol reflejase un lleno absoluto teniendo incluso que abrir la parte superior, que normalmente permanece cerrada, para alojar al séquito que los Vintage Trouble acarrean.

Sin preámbulos y puntuales pisaron escenario vislumbrándose los acordes de “Knock Me Out” un blues-rock que nos colocó en escena. Como un huracán, a lo James Brown, su cantante Ty Taylor toma la sala como si de un desembarco vikingo se tratase, y nada más “salir el sol” ya tiene al público en el bolsillo. Creo que es de las pocas veces que a los veinte segundos de concierto un frontman invade la sala mezclándose con el público, dejando ser vapuleado y zarandeado por el respetable. Como colofón a este episodio, el vocalista, termina haciendo el pino en una maraña de manos y hombros que los asistentes construyeron bajo las ordenes del artista. Un cirujano del directo que posee ese don de la comunicación para meterse al público en el bolsillo, con suma facilidad, desde el minuto uno.

Al tercer tema ya puedes atisbar que la mezcla entre soul, blues, pop y rock van a ser el santo y seña del show. Descargan “Everyone is Everyone” un corte más soul y a medio tiempo, donde se permiten la licencia de girar a un terreno más reggae. A partir de aquí empiezan a desfilar temas de sus 4 trabajos The Bomb Shelter Sessions”, “The Swing House Acoustic Sessions”, “Chapter I” y el álbum que venían presentando “Charter II”. En todos ellos y en sus directos las referencias a Otis Reading son evidentes pero es con Marvin Gaye donde uno encuentra “la mano que mece la cuna” de todo este cóctel llamado Vintage Trouble. Es con “Run Like River” cuando se desata la locura y se dejan entrever sus influencias más country-blues.

A medida que avanzaba el concierto la guitarra se iba haciendo más presente. Nate Colt, con un parecido asombroso con Viggo Mortensen, nos seduce con guitarras sutiles que en un segundo plano adornan la argamasa Vintage Trouble. Es en el sexto asalto donde nos tributan con el tema más pop de la velada. La luz se ilumina y el sendero nos conduce a los influyentes y onmipresentes Beatles, eso si, unos Beatles previos a “Revolver” donde la melodía se exhala en casi todos sus temas. La banda se consuma y cierra filas con Rick Barrio Dill al bajo y con Richard Danielson en la batería.

Y volvemos con Taylor que en otro arrebato feroz, vuelve a instalarse entre el público para cantar codo con codo con el auditorio, pateando toda la sala y subiendo al balcón de la Capitol que se sitúa una planta por encima de la platea. A posteriori Taylor hace un “cameo” con el trombón para rematar el tema “Crystal Clarity”. Descargan, inesperadamente, la versión del carismático Elthon JohnRocketman” que da título al biopic que se estrenará en cines. Pero es con la funkada “Do me Right” donde rindo pleitesía con el respetable que no puede dejar de palpitar al ritmo de este fantástico tema, optimismo en estado puro para alegrar y despertar a un muerto. Se despiden pero el público quiere más y más pero solo nos delitan con “Blues Hand Me Down”, un disparo a la sien de su vertiente más rockeril.

Después de escasos noventa minutos de descarga soulera, blusera y rockera, los Vintage nos dejaron un buen sabor de boca. Su producto es vendible, exportable y abarca un espectro amplio de público. Su fórmula esta pensada para agradar y todos los detalles están estudiados y cuidados para generar un fruto fresco y jugoso. Quizás tanta confección y manufactura les haga perder esa chispa y honestidad que se hecha en falta en sus directos y que es una singularidad en el Rock&Roll. Aún así se recomienda disfrutar de su hiperbólico show en vivo y en directo.

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