Quinta jornada de Outono Códax Festival; aún cogiendo aire del jaleo de la jornada anterior, estábamos convocados el sábado 19 para lo que prometía ser el día grande del festival. Un aquelarre donde, el blues como protagonista, dejaría paso a estilos como el rockabilly, R&B etc.., Todo ello en una doble jornada que empezaría en la acogedora Riquela, en sesión vermú, con los Honky Tonk Heels para cerrar la noche en la flamante Sala Capitol de Santiago de Compostela con tres nombres sobre la mesa:  La Perra Blanco, por la parte ibérica; y John “Papa” Gross con Big Chief Monk Boudreaux, de la mismísima ciudad de New Orleans.

El sábado amaneció lluvioso, en parte debido al huracán Jumel que había pasado por la capital la noche del viernes. Sin embargo, eso no fue excusa para que, en el Riquela Club, hubiese un ambientazo digno de sesión vermú al filo de la una de la tarde.

De esta guisa de contexto distendido, se presentaron los asturianos Honky Tonk Heels vestidos para la ocasión ya que Santiago parecía convertirse en pocos minutos en el salvaje oeste. Los Honky son una banda que se mueve por el rock más clásico, el country, el rockabilly y el R&B. Lo que dejaron bien claro es que se garantiza el relevo generacional del grupo: tanto Brenda Savoy, en la voz, como Sara Álvarez, al contrabajo, mostraron buenas maneras despertando atención, curiosidad y aplausos en un público con ganas de fiesta. Por otro lado, tanto guitarristas como batería son veteranos del escenario que arroparon magníficamente a estas jóvenes promesas.

En un segundo término, las chicas dejaron paso a los mayores, incluyendo cambio de contrabajista, y la sala se convertiría en una auténtica "Folsom Prison", con tres voces muy variadas que hicieron pedir a más de uno una nueva consumición. Buen inicio de sábado, con buen sabor de boca nos fuimos a comer y guardar energías ya que todavía quedaban muchas horas por bregar…

Cae la noche y abrimos el cuaderno de bitácora con LA PERRA BLANCO. Un “power trío” liderado por Alba Blanco a la que custodian Jesús López a la batería y Guillermo González al contrabajo. Este último es un músico conocido en la escena local por haber sido un componente de la banda de rockabilly “Mad Martín Trío”.

Su último trabajo “Won’t you come on”, recién publicado en formato EP, es el causante de la gira que la banda está realizando por la piel de toro estando, RAIÑA PRODUCTIONS, atentos al quite, lo que hizo recalar a la formación en el cartel de esta edición del festival. Antes de la pandemia, el grupo publicó su ópera prima, en formato LP, “Bop & Shake”, lo que situó a los de Cádiz en el mapa como una de las mejores formaciones, actuales, de rockabilly de nuestro país. Siendo la piedra angular más destacable de su estilo el rockabilly, La Perra Blanco se maneja, así mismo, entre el country, el bluegrass y toda la onda de los Apalaches.

La pequeña Alba luce “rastas”, un look que no se asemeja a las “Pin Up” estándar, propia de la música que desarrolla. La de la Línea de la Concepción muerde, haciendo honor al nombre, mostrándose salvaje en el directo pero cercana en el trato con afirmaciones como: “Buenas noches Galicia, somos La Perra Blanco y venimos de la otra ciudad del narcotráfico”, arrancando una sonrisa a la concurrencia que inundó de buen rollo la repleta sala Capitol.

Bailes y más bailes fueron la constante de su actuación ya que el trepidante ritmo que imprimen a los temas no deja espacio para el reposo. Así pudimos descifrar, entre bambalinas, una incendiaria versión del carismático Johnny Cash, irreconocible, debido al “espídico” ritmo con el que brindan; siendo los clásicos Stray Cats el común denominador y máximo exponente de la música que acuñan.

   

 Destacar el trabajo que realiza Guillermo, progresando eficazmente por el mástil de su contrabajo dejando un troquel con su rúbrica en cada uno de los temas siendo la técnica del “slapping” lo que da valor a cada uno de sus golpes licenciándolo como el corazón de la banda. El artista presentó a su compañera diciendo “que estaba encantado de tocar con ella y que durante estos años de carretera se sorprendía por tener tanto R&R dentro en un envase tan pequeño”. Así mismo la cantante y guitarrista le devolvió el golpe asegurando que en estos años “todavía sigue dándole miedo”. Bromas y retranca andaluza, para que, a renglón seguido bajasen ambos del escenario, mezclándose con el público lo cual hizo que la temperatura se caldease, más todavía, poniendo así el broche final a una espléndida actuación.

El segundo acto de la velada lo protagoniza JOHN “PAPA” GROSS. Oriundo de New Orleans, es un embajador de la cultura de la mítica ciudad, divulgando mundialmente una de las ramificaciones más importantes de sus músicas, como son el blues y el jazz, siendo el huracán Katrina el punto de inflexión donde el artista contrae matrimonio, hasta que la muerte los separe, con la ciudad de Luisiana. "Papa" Gross lleva veintidós años dando batalla, inicialmente con la formación “Papa Grows Funk” con la que editó seis álbumes de estudio del 2000 al 2013 aunque en 2004, saca paralelamente, su primer trabajo en solitario titulado “Days End”.

Después de decenas de colaboraciones, Springsteen, Mavis Staples, Jason Isbell, John Fogerty etc.., Gross vuelve a coger las riendas de su carrera en solitario y en 2016 nos ofrece “River's On Fire”. Para la ocasión venía presentando su último trabajo “Central City”, principal reclamo para persuadirnos en este festejo musical que es el Outono Codax Festival.

John “Papa” Gross abre su imaginario musical como mejor sabe hacerlo, sentado en su Hammond y pateándonos con su R&B directo y de alto voltaje. Su templada voz hace el resto aportándonos una sensación amable que nos traslada, al otro lado del charco, justo al corazón de la “música negra”.

Se acompaña, para la ocasión de cinco músicos, de los cuales, dos se ocupan de los metales, saxo y trompeta que comparten escenario con un set básico de electric-rock formado por batería, bajo y guitarra, completando la ronda el propio “Papa” Gross con dos teclados; gasta un Hammond que alterna, según la parte del tema, con otro teclado, de un sonido no tan “vintage”, del que manan múltiples tesituras que redondea con su voz. 

Disparó, entre otros, “River’s on Fire” un tema cercano a los omnipresentes The Band. Da rienda suelta a las emociones, con un R&B bailable, de medios tiempos, titulado “Yeah, Yeah, Yeah”, que abre su último trabajo. Con “You do It” compartimos mesa con el primer Elton John, magnífico.

Continua con una fresca y lozana versión de “Hurracaine” de mi admirado Levon Helm. No podía faltar uno de los temas con más groove de su repertorio “Cocaine and Chicken Fricassee”. Se desata y finaliza con una versión R&B/Soul del “Hey Pocky Way” de The Meters. Bien elegidas para la ocasión, las versiones y composiciones, que entre otras, interpretó el bueno de John “Papa” Gross.

Pasadas tres cuartas partes de concierto registramos el último capítulo de nuestro cuaderno con la colaboración del carismático y peculiar BIG CHIEF MONK BOUDREAUX. Con una nominación a los Grammy 2021 en la categoría “Regional Roots”, Big Chief es el jefe indio de mayor edad. Guardián de una tradición espiritual que se remonta al siglo XIX, en New Orleans, y que tiene su apogeo, cada año, en el conocido desfile de MARDI GRAS. Un héroe local que lucha por mantener costumbres y creencias gnósticas, dentro de la comunidad negra, lo que le ha llevado a recibir el Premio al Patrimonio Nacional del “National Endowment for the Arts”. Ha sido inspiración para películas y series entre las que destaca la inconmensurable TREME, que desde aquí recomiendo encarecidamente. 

Vestido de naranja y poniendo la nota de color a la velada, se presenta enfundado en un plumaje, “cual pavo real se precie”, portando en su mano derecha una pandereta con el logo de Prince, sí, sí, habéis leído bien ya que fue un regalo del propio artista. Su presencia y su voz quebrada son el punto culminante del show que adorna con bailes tribales propios de la cultura india de New Orleans.

Los temas de Gross y Monk crecen y nos abrazan, cobrando un carácter más “bluesy” empastando, sus diferenciadas voces, en una perfecta simbiosis. Finalmente, el cansancio hace mella en Big Chief y por momentos toma aliento y asiento. Después de todo son más de ochenta primaveras las que contemplan a esta leyenda viva de la ciudad de New Orleans, sin dejar de lado el peso del espectacular y aparatoso traje que exhibe. Conmovidos, se dio paso a los bises y con ovaciones llegamos al final de esta serena y pacífica velada que nos trajo el aroma de los campos de Louisiana y el trasiego de las calles de New Orleans. 

Y así se finiquitó este quinto asalto del Outono Codax Festival donde las sinergias fueron totales entre los que tuvimos la suerte de congregarnos en esta gala. No os perdáis los siguientes conciertos, que, como es norma en el festival, nos sorprenderán y retorcerán nuestros agudizados sentidos musicales. ¡Aburiño!

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