Segundo larga duración de estos ourensanos que continúan con la senda de recuperar las esencias musicales de la década de los noventa del siglo pasado. De primera escucha, lamentablemente lo que adolece es de una producción más brillante, y no es que suene mal, simplemente que muchos detalles y arreglos se pierden en la mezcla, quedando todo más oscuro. En su inicial “Dear witch” encontramos un gran riff y una base contundente de metal con reminiscencias stoner, disfrutando de la voz de Murias muy del estilo Layne Staley o Sully Erna; es su single de presentación acertado de este álbum, pues entra directo a tu cerebro.
 
Más fuerte suena “Fuck you!, I’m rich”, grunge y metalcore mezclado para destrozar cuellos, y que ejerce de elevación de decibelios. Entregan pesadez y locura con “Love is like suicide”, muy Soundgarden antes de su pelotazo y con unas armonías de guitarra desquiciantes como por momentos la voz de Murias.
Siguen ese sendero autodestructivo y depresivo con la brutal “Naïve”, todo un ejercicio de metalcore y mala leche, con una hipnótica sección muy a lo Mars Volta esquizoide. Rebajan su alocada carrera con “Hollow”, una suerte de canción que transita entre arreglos melódicos y la crudeza del metal de los noventa, con una gran labor en la voz de Murias en esos tránsitos.
 
“I could bleed” es puro Alice In Chains, esa melodía depresiva de guitarra y la voz de Murias como un calco del malogrado Layne Staley; para los amantes de los de Seattle será una golosina. Se ralentizan con “Getting lost”, medio tiempo muy grunge, con una guitarra muy blues y una melodía sacada de los Temple of the Dog, reafirmando la gran influencia de los noventa en el disco.
 
Uno de mis temas favoritos es sin duda “Somewhere I could die”, todo un gran ejercicio de grunge depresivo y stoner, con una línea de bajo muy lograda, una atmósfera asfixiante y la voz de Murias más personal. Se adentran más en esos sonidos de los noventa, pero abriendo más el abanico, y es que “New sin” es rock y metal y más cosas; diferentes voces, ritmos entrelazados y un muro de guitarras diversificadas, logrando otro tema muy completo.
 
Quizás el inicio de “Unholy maker” disguste la voz de Murias, pero que pasado unos segundos brilla en sus tonos más familiares, mientras acompaña otro ejercicio grunge y metal, destacando la labor de fondo de las guitarras.
 
Hasta aquí el disco normal. Como bonus tenemos una revisión de “Getting lost” acompañada de la voz de Cris Salgado que realmente me ha llenado más que la original, y la furiosa “Insane”, alocado tema que pasa rápido como sus acordes y que refleja sus otras influencias más agresivas.
 
Portada y libreto currados. Producción mejorable, y no es que sea mala, pero le resta profundidad y dinamismo a unas grandes composiciones.    
 
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