Siguen endureciendo su propuesta musical y queda poco ya de su pasado más roquero. Ya con su inicial “El juego terminó” dan fe de ese perfil más metalero de su propuesta, con un groove y un riff pesado, con la batería de Gonzalo dando un empuje más profundo, mientras la voz de Javier oscila entre su voz característica y alaridos desquiciantes; estribillo brillante y poderosas guitarras de Josetone y Edu, siendo su acertado video single.

Muy directa es “Idiota”, muy en la onda de sus primeras obras pero con ese tamizado de metal, con un riff lleno de ritmo y el bajo de Toño arrimando su parte a la bestial batería de Gonzalo.

Unas guitarras más abiertas arrancan una gran canción como es “El veneno está en la piel”, metal y rock se entrelazan para deleitar al oyente, mientras un estribillo pegadizo y un solo de guitarra apuntalan más el tema. “Borregos” es un ejemplo claro de la mezcla entre su pasado más punk rock con el metal actual, con una letra directa y una base rítmica atronadora, y seguro que van disfrutar los seguidores de los Boikot.

Motores y aparece “A todo gas”, canción muy del estilo clásico de los Sonotones, con unas gruesas guitarras y un Javier en un estado más incisivo, y donde el tema gana enteros con ese ritmo sin parar durante todo su desarrollo.

Bajan las revoluciones al iniciar “Sin palabras”, canción que abruma con su muro de guitarras y que coge brío para desembocar en un ejercicio de metal con coros directos, destacando las voces de Javier y Manu (Estirpe) y las guitarras de Josetone y Edu.

Vuelven a su faceta más cañera con “Rescátame”, rápida y contundente, con el timbre de Javier untando todo el tema y dejando que el resto de la banda transpire metal y rock. Siguen con esa actitud en “Nada que hacer”, otro buen ejercicio de rapidez y contundencia, pero que brilla un poco más por un estribillo más certero y un Javier más ácido en una letra reivindicativa.

Muy redondo suena el tema “A punto de caer”, una canción que bebe del metal nacional y que vuelve a tener a Gonzalo tras los parches como baluarte; estribillo muy típico de la banda. Quizás “Ninguna bandera” sea su tema menos complejo, y donde se puede disfrutar de una interpretación de Javier de lo más variada, manteniendo el gran nivel del disco.

El cierre lo hacen con una profunda “La vida en verso”, riff oscuro y con un muro sónico bien logrado, con el bajo de Toño sonando grueso y la batería de Gonzalo arreando bien en los pedales.

Portada lograda. Sin libreto (disco promocional). Producción excelente.  

Más información: