AIC rainier fog

Tercera obra de la etapa post Stanley, y siguen marcando un camino nuevo iniciado ya en su anterior obra.

Su inicial “The one you know” se saborea con placer con ese riff marcial y clásico de su propio estilo, que rezuma a novedoso en todo su conjunto, pues las armonías vocales y las guitarras suenan más brillantes a sus obras pretéritas; fue su single de adelanto con Cantrell como voz principal y realizando un gran solo de wah-wah.

Le sigue su nuevo single (con video humorístico incluído) “Rainier fog” siendo todo un acierto, una muestra de su evolución musical que desarrollaran a lo largo de esta obra, riff poderoso, voces profusas y bien arregladas, y sobre todo una gran dinámica en su estructura.

“Red giant” nos trae fuerza y contundencia en su base rítmica por parte de Sean Keenan y Mike Inez, sonando a los actuales AIC, con otro gran ejercicio guitarrero de Cantrell.

Siguen plasmando esa evolución en la ligera “Fly”, melódica y llena de arreglos, con las acústicas como base, un solo hard rockero pegadizo y la voz de Duvall armoniosa, que potencia ese estribillo a dos voces que engancha a la primera escucha.

Inspirados en su etapa más reconocida, “Drone” es poseedora de ese riff sabbathico que se entremezcla con las voces casi dramáticas de Duvall y Cantrell, volviendo a ser decisivo este último en sus solos de guitarra; destaca las líneas de bajo de Inez y los breaks de Sean.

Se mantienen firmes en seguir hacia adelante con la inquietante “Deaf ears blinde yes”, escuela Cantrell donde premian las armonías vocales sobre el resto, manejando una atmósfera oscura sin llegar a ser opresiva, y que las guitarras están más afiladas.

No renuncian a aportar sus grandes dotes vocales Cantrell y Duvall en “Maybe”, un medio tiempo que los lleva por senderos más comerciales y alejarse de sus raíces.

Para los amantes de sus primeras obras y luego del susto anterior, nada mejor que “So far under” para incomodar a las almas más atormentadas, y que sorprendentemente firma Duvall; riff de aquella época, voz de aquella época y sonido de esta época.

La caja de Sean machaca por encima del riff de Cantrell el inicio de “Never fade”, una canción hard rock que podrían haber firmado Stone Temple Pilots o Velvet Revolver, pero que la voz de Duvall hace que el sello sea de los de Seattle; buen tema. Cierran con una intensa “All I am”, lenta y profunda, con una acertada y simple melodía de guitarra, con ese ambiente melancólico tan propio de la banda.

En resumen, la obra mantiene un nivel compositivo alto, han marcado una senda musical que no gustará a algunos seguidores, pero la evolución tiene estos hándicaps.

Portada buena, libreto currado. Producción muy buena.  

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