Day of Departure

Ben Kelly (bajo), Scott Loose y Matt Kozar (guitarras y teclados), Michelle Schrotz (voz y teclados), Trevor Schrotz (batería) conforman esta banda norteamericana que practican una música muy atmosférica, una mezcla de rock ambiental y post rock recargado de mucha melodía.

La apertura es con la extensa “And we prepare for our end”, single de adelanto, con un teclado envolvente y un arpegio de guitarra melódico, hasta la eclosión en un medio tiempo donde la voz de Michelle coge el protagonismo, sonando el bajo de Kelly profundo y bien ensamblado con la batería de Schortz, dejando a las guitarras de Loose y Kozar realizar diferentes armonías y arreglos entre subidas y bajadas de intensidad musical.

Melancolía es lo que desprende esos acordes iniciales de “The edge of annihilation”, creando una atmósfera densa que se va disipando según avanza la canción, con Michelle en tonos más bajos, casi susurrantes, mientras la batería aumenta la velocidad en una suave progresión, llegando al punto culminante donde las distorsiones y la voz clara toman el mando, hasta ese final que empatan con su siguiente tema.

Un sintetizador juega con oscuros pasajes sacados de la ciencia ficción en “The light in our eye grows dim” a modo de interludio para la siguiente canción. Percusión y voces acompañan las notas sueltas de guitarra al entrar “Pierce the sky (conflict)”, para desembocar en un ritmo más pesado, con la voz de Michelle jugando en los agudos, y cambiando tempos para disfrutar del buen hacer de Schortz; destacan las sutilezas de Loose y Kozar en las guitarras.

“Ex Machina” es uno de sus temas más directos, con una buena estructura, poseedora de un brillante estribillo y por ello su acertado single: gran labor vocal de Michelle, guitarras melodiosas y una base rítmica pegadiza; de lo mejor del disco.

A estas alturas, te das cuenta que una de sus bandas de referencia es la holandesa The Gathering. Cuando suena “Life prevails” siguen certificando esta premisa, un medio tiempo con mayor grosor musical en contrapartida a la brillante voz de Michelle, con pasajes instrumentales minimalistas y un estribillo épico; otro gran tema del disco. Recuperan esos pasajes oscuros del espacio exterior con “The future has no form”, otra licencia auditiva para tenerte en tensión, dejando que tu imaginación se adentre en frías sensaciones estelares.

Se desmarcan con la melódica y directa “Living matter”, otro buen ejercicio de rock ambiental con ritmo, con un bajo de Ben muy envolvente, dejando que las guitarras de Loose y Kozar armonicen todo ante esa dulce y clara voz de Michelle; cuando crees que todo va seguir así, rompen esa atmósfera y juegan con las sensaciones auditivas (muy Sòlstafir), recreándose en reverbs y notas alargadas hasta esa parte frenética que te deja descolocado, pero agradecido a su vuelta original; otro gran tema.

“Awaken to the beyond” incide más en su vertiente melodiosa, con ese medio tiempo que juega con las intensidades, siendo un single en potencia (con la sombra de The Gathering); estribillo evocador, buen juego de intensidades, directa al cerebro en su primera escucha y con esos coros logrados. Empatada llega en forma de epílogo “The beyond”, sintetizadores que evocan el final de un viaje a las estrellas.

Portada sencilla y efectiva. Producción buena, aunque la mezcla de las guitarras le resta profundidad. Disfrutarán mucho los seguidores del post rock y del metal atmosférico; de grupos como The Gathering, Anathema, The Pineapple Thief, Cult of Luna o God Is An Astronaut.   

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