Bajo este sobrenombre se esconde los suecos Jeremy Irons & the Ratgang Malibus. Karl Apelmo (voz y guitarra ) y Micke Backendal (guitarra) montan este proyecto al que poco después se les unen Viktor Källgren (bajo) y Henke Persson (batería). Este es su quinto álbum en donde despliegan ese rock psicodélico y pesado (heavy psych) que tanto está sobresaliendo en la escena underground.

El disco se nos presenta como un viaje mental que arranca con la intrincada y desoladora “Liquid covenant”, como si de unos Soundgarden lisérgicos te atraparan en una espiral de sensaciones, con esas notas de Backendal obsesivas y la voz de Apelmo exasperante por momentos; la batería de Persson y el bajo de Källgren engrandecen su escucha con su dinamismo y presencia.

Le sigue la extensa “Deeper Dwell”, un inicial blues psicodélico que se va agarrando a tu cerebro poco a poco, llegando a la eclosión sónica del space rock, con un tenue aroma a las depresivas atmósferas de Alice In Chains, para luego de un alegato noise surja ese saxofón que lo cambia todo; a partir de aquí todo es un fenomenal y original compendio de rock espacial, no hay límite estructural, dejando libertad a Apelmo para sus desvaríos vocales hasta la llegada del mazo stoner, golpeando con ese pesado riff tus oídos a la vez que el saxo te provoca alucinaciones místicas del rey carmesí.

Después de este intenso pasaje de casi trece minutos, un ‘respiro’ con la enérgica “You fly”, un riff corto e intenso te recibe con los tambores de Persson, para dar paso luego a la sinuosa voz de Apelmo y los devaneos psicodélicos en la guitarra de Backendal; repite el saxo en un tema donde el ritmo es el desencadenante de una inquietud musical, la cual es estimulada a posteriori por la voz inquietante de Apelmo, y cuyo final no te deja tranquilo ni con las acústicas.

“Repent in blood” te lleva por ese stoner psicodélico con brillo, con un registro vocal más agudo, pero siempre manteniendo ese enfoque pesado en su desarrollo instrumental; la estructura es muy típica de este estilo, pero encuentras pequeños destellos de originalidad en esos puentes entre estrofas y riffs, aparte de una más que excepcional labor vocal de Apelmo, rozando casi la épica en algunos pasajes, y con un final apabullante.

Notas que algo distinto vas escuchar según inicia “Carried away”, donde lo primero que te va dejar noqueado es la capacidad vocal de Apelmo; lo segundo es que lo que podría ser una inicial power balad se convierte en toda una experiencia sonora donde las guitarras toman el protagonismo, todo con una épica que a más de uno sorprenderá, y más si le pones al final un saxo que te deja absorto.

Cierran con “Pestilence”, algo más oscura que su predecesora, con ese ritmo trepidante de la acústica inicial que te va arrastrando hacia ese groove posterior, donde la batería y el bajo crean ese muro impenetrable, dejando el monolítico riff navegar por tu mente; te atrapa ese segmento psicodélico con la llegada de las voces reverberadas que te hipnotizan junto a un alarde de sonidos psicodélicos, hasta ese final apabullante donde la batería de Persson se nos mete en jardines más típicos del metal extremo.

Portada interesante. Producción muy buena. Gustará a los amantes del stoner psicodélico y space rock. Desde bandas como Big Scenic Nowhere, Colour Haze, Merlin, Moura hasta Hawkind, Mad Season, Fellowcraft. 

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