Jorge  Salán
Hace casi 25 años que Javier Vargas sacó “Madrid-Memphis” y se convirtió en el bluesman español por antonomasia, y hasta ahora nadie se le acercó a por lo menos compartir ese cetro. Pues ahora nos llega el joven Salán acompañado de The Majestic Jaywalkers y nos saca un pedazo de disco plagado de clásicos de este estilo, pero con una visión mucho más actualizada.
 
La primera en caer es una de Howlin’ Wolf, “Who’s been talkin”, muy potente en las guitarras, con la voz de Salán bien encontrada y un bajo de Juan Carlos Gibaja intenso, destacando el sólo final muy de la escuela de Gary Moore, haciendo muy disfrutable su escucha.
 
Le toca el turno a Abert King o a Booker T para los más puristas, siendo “The Hunter” un nuevo de ejercicio de actualización del blues, esta vez acompañado a los teclados de Pau Alvarez, y dónde destaca las diversas capas de sonidos de guitarras, aunque sobresale la distorsionada, dándole un toque más tejano y boogie.
 
Relaja con “The thrill is gone”, un clásico en la discografía de BB King, pero que aquí Salán nos lo presenta con mayor técnica y garra, dejándonos sorprender por inspiradores fraseos de guitarra muy a lo Gary Moore o John Sykes, siendo bien respaldado por el bajo de Gibaja; de lo mejor de este disco.
 
La sorpresa de este disco llega con la versión de “Teacher” de Jethro Tull, canción en la que acompaña a las voces Gema Vau, redescubriendo este clásico británico, aportándole mayor frescura con una gran labor en los teclados y la guitarra de Salán sonando certera, sin abusar de protagonismo.
 
El padre de todo esto Robert Johnson tiene su pequeño homenaje con “Stop breking down”, pero con una revisión cercana a la que hicieran los Stones, es decir, con teclados y mayor lustro de las voces, en las que encontramos la colaboración de Jiimmy Barnatán. Para la versión de “So hard to share” de John Mayall nos encontramos a un Salán muy eclético, tocando fraseos con efectos y otros con la guitarra muy prístina, demostrando su buen oído para intercalar pasajes de distinta sonoridad sin que la canción se resienta. Quizás con “Fire” de Hendrix se note algo más su vena de guitar hero, pues la influencia del norteamericano en los guitarristas es indudable, y Salán saca a lucir sus recursos sin miramientos, con fraseos explosivos igual que la voz de Rebeca Rods en su interpretación; resumiendo, una versión más rockera que de blues.
 
El cierre es con la impresionante y emotiva “The sky is crying” que en su momento hizo inmortal el trágicamente fallecido Stevie Ray Vaughan, y que donde Salán saca todo su arsenal de licks, fraseos, técnica y sonidos para mostrarnos su visión de este tema, dejando un muy buen sabor al final de su escucha.
 
Producción muy buena por parte del artista. Portada y libreto muy currado.