Desde Murcia emerge esta interesante banda que está abanderada por la voz de Elsa Muñoz, y opino esto porque cuando se la escucha cantar transmite muchas y diversas sensaciones en esta su segunda obra. El primer brote “Loto” nos demuestran su capacidad para transitar entre el stoner y pinceladas shoegaze, con ese riff y arreglos de guitarra de Pedro J. Carrillo bien ensamblados; la voz de Elsa y su interpretación no deja impasible a nadie.
El siguiente brote es un grueso rock muy en la línea de Queen of the Stone Age y similares, pues “Diente de León” se adentra directo al cerebro por sus buenas melodías en la guitarra y un estribillo brillante. La batería de Marcelino y el riff hipnótico del bajista Carlos Barceló emergen “El Brote”, rock alternativo que posee diversas secciones de ritmo y un trabajo muy completo en la guitarra de Pedro, y todo adornado por la voz todoterreno de Elsa.
“Hiedra” brota con su lento inicio como un ejercicio baladístico, con nuevos registros vocales de Elsa y una atmósfera muy shoegaze como destilan bandas tipo Alcest, encontrándonos con un muro de guitarra muy emotivo y una batería arreglando sustancialmente la canción.
Su single de presentación “Llegan”, rock y metal agarrados fuertemente como los desgarros vocales de Elsa, un ritmo trepidante y un riff incisivo que acompañan una letra cruda y siniestra; muy buena carta de presentación.
Siguen brotando nuevas sensaciones musicales con la llegada de “Crucífera”, otro gran ejercicio de metal alternativo con una Elsa increíble y una melodía de guitarra de Pedro hipnótica, y todo acompañado de unos ambientes bien distribuidos en su base rítmica.
Regresan a una inicial calma al brotar el bajo grave de Carlos en el inicio de “Crisantemo”, que se ve arrastrado por una armoniosa guitarra y una Elsa que vuelve estar a un nivel altísimo en su voz, tocando toda la banda muy compacta por los terrenos del shoegaze. “Posidonia” es un tema que abre más su espectro musical como un brote de otra clase, con influencias más metaleras, poseedora de unas estructuras guitarreras muy variadas y lúcidas, con la batería de Marcelino excelente.
La última semilla en brotar es una lacónica y por momentos oscura “Hierbanegra”, su tema más largo; ejercicio de post rock bien elaborado, con una base rítmica muy compacta, con Elsa otra vez como epicentro emotivo junto la guitarra de Pedro que nos desgrana bellos pasajes, y todo ello sonando sin fisuras; un final de altura.
