Tercera entrega que después del galardonado Arenas de Luna es una nueva oportunidad de escuchar sus composiciones llenas de melodía y buen gusto. Engancha ya en su primera escucha la inicial “Acqua”, melodía de guitarra pegadiza, sonando todo muy new age y con buenos arreglos.
Ya en “Épika” encontramos esos retales que caracterizan a Minimalia, riff de guitarra contagioso, voces encandiladoras y ritmo contenido pero trepidante. Agarra la española para “Moraima”, canción con aires más del sur, acompañado de palmas, cajones y percusiones que gusta mucho a los oyentes latinos.
Una joyita encontramos en el dueto que se marca con Kepa Junkera en “Mariposa de menta”, todo un alarde de sensibilidad auditiva y que eleva mucho la calidad del disco.
Entramos en la parte que menos me ha gustado, tres canciones que exponen su visión de temas anteriores en directo: “Auria”, “Olas del sur” y “La vida”, y que si bien deja patente su buen hacer, te deja descolocado por su presencia ya que desentona con la linea de escucha del disco.
Continuando con las nuevas composiciones, la corta “Retales” sorprende por su sonoridad acústica. Llega mi favorita, “Big bang”, rockera y pegadiza, un riff melodioso y pegadizo que se sale junto con los teclados; está claro que se desvía de todo lo escuchado de él hasta ahora, pero que resulta un soplo de aire fresco. El cierre es con la íntima y apacible “Para que sueñes”, preciosa melodía que es digna de un ‘buenas noches y hasta mañana’.
Portada buena. Sin libreto. Producción buena de Sebastián Matos.
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