PROYECT ALCAZAR

Vaya disco ha sacado el portentoso guitarrista Chris Steberl junto a Caleb Hustlar en los teclados. Para este proyecto se han acompañado de los virtuosos Ron Tavalin al bajo y de Mark Zonder (Fates Warning) a la batería.

Todo lo que se va escuchar os va sonar a otras bandas e intérpretes, lo bonito de este disco es que esos ‘extractos’ los ha ensamblado de tal manera que suenan perfectos.

Abriendo con la homónima “Lost in Centralia” ya vais disfrutar sobre todo los seguidores de Dream Theater, con esos pasajes que su parte guitarril va desde Petrucci a Satriani, pero con el teclado de Hustlar ya te adentras en el terreno de los de New York, aparte de ese acompañamiento en la batería del lustroso Zonder, haciendo que sus casi seis minutos de duración pasen sin más; final épico y evocador.

“Occam’s razor” se abre con líneas de teclado que nos llevan al tema principal de la película Misión Imposible, para luego recrearse todos en una cascada de cambios de ritmos y estructuras complejas, desembocando en una especie de estribillo melódico de guitarra y que te deja con buen gusto al final de su escucha.

Cuando se inicia “The panic hand” lo primero que provocará es una sensación más opresiva hasta que la canción coge ritmo, aunque sea sincopado, pero que con los arreglos de piano que van surgiendo y una mayor melodía en las notas de Steberl, al final nos llevará a un terreno más brillante y positivo, dejando lucimiento para la dupla Steberl/Hustlar entre los interminables breaks y fills de Zonder, hasta ese acelerado final.

El bajo de Tavalin es el inicial protagonista en la bella composición “Strange ave”, un tema que podría firmar al completo Andy Timmons, con esos fraseos y sonido tan familiares del abanderado de Ibanez guitar; de lo mejor del disco, con especial mención a Zonder. Seguimos en ese universo de guitarra instrumental con “55 ludovico lane”, con una primera parte dedicada a las seis cuerdas, pero luego hay tiempo para que Talavin al bajo y Hustlar en el teclado brillen, antes del broche final a toda velocidad.

Con un sonido del siglo pasado llega “Beneath a scartlet sky”, una especie de balada de tintes progresivos, con el teclado de Hustlar llevando las riendas iniciales con maestría, dejando espacio con la llegada del resto de los músicos que aceleran el ritmo, emergiendo la guitarra de Steberl como protagonista mezclando arpegios y riffs con escalas en sus seis cuerdas, para luego unírsele Hustlar en una réplica musical que se disfruta gratamente hasta el final del tema.

Abren el sonido con la potente y melódica “Looking glass”, recordándome a Manuel Seoane o a Tony Macalpine en esa búsqueda de licks directos y melódicos, a la vez que destapan su virtuosismo, siempre compensado por los teclados de Hustler y esa base contundente de Talavin y Zonder.

El cierre es “Water music”, clasicismo puro en una reinterpretación del clásico de Handel, con ese regusto al sueco más reconocido de las seis cuerdas, que se deja escuchar sin más en un buen ejercicio de técnica de todos los músicos, para mayor gloria de los shredders.

Portada y producción muy buenas. Disco que disfrutarán los seguidores de los Dream Theater sin su cantante, Andy Timmons, Tony Macalpine, Manuel Seoane y demás héroes de la guitarra.

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