A veces resulta que la vuelta a las raíces de la música rock le puede sentar bien a los músicos reconocidos, y en este caso a Salán mejor que nunca.
 
En su anterior obra Madrid/Texas ya nos dio una sorpresiva interpretación de clásicos del blues. Aquí, y en compañía de nuevo con los The Majestic Jaywalkers se arriesga un poco más con alguna composición propia.
 
“Born under a bad sin” es una canción escrita por Jeff Espinoza, dónde Jorge le da un sonido grueso en la guitarra para deleite del oyente más duro y como siempre, Jeff Espinoza increíble en la voz.
 
El piano de Pau Álvarez abre una canción de cosecha propia, “Victim of desire”, blues muy influenciado por Nueva Orleans, con sección de metales y un solo de armónica del propio Salán; otro buen ejercicio de guitarra e influencias de Gary Moore.
 
Se atreve con el rythmy & soul  del clásico de Al Green “Take me to the river”, pero dándole un enfoque más blues, con un groove intenso, todo bien acompañado en los coros por Gema Vu y los teclados de Pau Álvarez; muy bien la voz de Salán en este tema.
 
Aun siendo el single de presentación y saliendo del espectro blues más clásico, Javier Vargas ya lo hizo y con gran aceptación, “Para Paco de Lucía” es un homenaje a este gran genio de la guitarra española, blues latino con un gran trabajo tanto en la guitarra eléctrica como en la española por parte de Salán.
 
Cambio diametral con “On my own”, blues rock potente, con un riff y estribillo contagioso, a parte de un solo de guitarra abrasivo, dando como resultado uno de sus mejores temas del disco; letra de Jeff Scott Soto.
 
No se podrá negar la facultad que tiene de atravesar diversos estilos, y con la ayuda de Garrett Wall propone una bonita “One more empty feeling”, soul de bella factura con gran labor vocal de Garrett y solo de guitarra muy melódico.
 
Escuchado lo anterior, vuelve sorprender con una del genial Rory Gallaguer, “They don’t make them like you anymore”, todo un ejercicio de buen gusto, con una batería  de Edu Brenes y el bajo de Gibaja bien curradas; Salán sale bien parado ante una canción difícil de sacarla de su contexto musical.
 
Agarra de nuevo ese blues más enérgico con “No turning back”, de cosecha propia en colaboración con Daniel Griffin, siendo un tema bastante pegadizo; todo un recital de la banda que le acompaña, con solo de saxo por parte de Pablo Santos y bien secundado por la trompeta de Rubén Tobes.
 
Se despide con un clásico de Buddy Guy que mucho tocaba Stevie Ray Vaughan en directo, “Leave my girl alone”, y donde la guitarra es la protagonista; con mucho artificio por parte de Salán se escucha con gusto, dejando claro su pasión por este tema y llevándolo a un terreno más rock.
 
Portada y libreto muy currado. Sin letras. Producción muy buena de Jorge Salán. 
 
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