Como ellos mismos se predican, metal alternativo es lo que vas escuchar durante la escucha de este interesante disco.
Su single “Overcoming” abre con acierto su propuesta musical, con esa mezcla de riffs pesados, arreglos de guitarra oscuros y la voz de Blue Rodríguez abarcando todo tipo de vocalizaciones y modulaciones; gran tema.
Hace un año de su publicación, pero no me hice con él hasta este verano en formato vinilo con cd. Siendo uno de mis grupos cabecera del metal en español, su primer single y canción que inicia este disco, “Vulcano” me dio a entender una continuidad de su obra anterior Letargo. No me había equivocado, metal y melodía por doquier, que va ser una constante a lo largo de esta obra.
Buen riff y ritmo para iniciar “Enterrado”, canción que conjuga partes agresivas con otras más suaves, creando esa candencia muy típica de Sôber; destaca ese interludio y solo de guitarra que hará delicias a los seguidores más acérrimos.
Asustado me tenía cuando salió “Permanating” como single, me temía que se adentrara en el mundo del sintetizador y programaciones, pero la escucha casi diaria de esta nueva obra me ha llenado bastante. Tengo que decir que es su disco más pop y a la vez más audible.
La temática del disco gira entorno a un refugiado islamista en Europa y aun teniendo una temática conceptual en su historia, el disco se desgrana en canciones individuales, continuando la línea de su larga duración anterior.
Abre con “To the bone”, con percusiones hipnóticas de Pete Eckford y la harmónica de Mark Feltham (Talk,Talk; Nine Below Zero y un largo etc) llenando toda la interpretación de esta canción amena. Esto avisa bien de que va ir la historia de este disco, pop sofisticado, por momentos minimalista y ambiental, con poco espacio para el prog.
No voy ser quien diga que más de lo mismo, pues si mantiene su ley de ser uno mismo no esperarse una desilusión por su manera de vivir de esto. Inicia navegando fuerte con el acertado single “Cúrame de espantos”, rock sin fisuras desde su Carabanchel, con letra letal y batería de Gaspar di Geraldo brillante al compás de otro riff de bolsillo de Rosendo.
Aguanta el tipo con “Que si vengo, que si voy”, otra ración del Rosendo socarrón, sin abusar de la guitarra aunque despliegue unos buenos solos, y centrados en el toque simple del tema. Más áspero suena “Un capullo dentro de un jarrón”, recuperando crudezas pretéritas que van disfrutar los calvos y canosos del lugar, con otra letra maestra y dejando brillar el bajo de Rafa.
Como soy reacio a la compra de discos por internet, he tenido que esperar a que viniesen por tierras gallegas este verano y hacerme con él. Ya había escuchado temas en youtube y el resultado final es muy gratificante.
Compararlo con su obra maestra anterior Mantiis es perjudicial, ellos evolucionan y todo tiene su pasado aunque sienta las bases hacia una nueva dirección.
Siete temas que abren una nueva visión musical, iniciando con la pegadiza “A year with no summer”, rock emocional con su alma mater Rider Omega en estado puro, voz desgarradora y a la vez melancólica, con un gran trabajo de su escudero Ojete Mordaza II en la batería.
Partiendo de que no soy un seguidor de power metal y cercanías, me ha dejado muy sorprendido esta nueva obra del infatigable Pacho Brea con su banda.
Ya con la apertura instrumental “Resurgir” se palpa unos sonidos distintos en las guitarras. La intuición no falla cuando la potente “Matar la oscuridad” arrolla con su power metal de buena factura, con muy buenos arreglos en las guitarras de Diego Sanjorge. Voces muy bien hechas, amén de la colaboración de Teté Novoa (Saratoga) dando un plus perfecto.
Un tema que me llena es “Mundo cansado”, buen riff y melodía, con la voz de Pacho en estado de gracia, y un estribillo increíble.
Tercera entrega que después del galardonado Arenas de Luna es una nueva oportunidad de escuchar sus composiciones llenas de melodía y buen gusto. Engancha ya en su primera escucha la inicial “Acqua”, melodía de guitarra pegadiza, sonando todo muy new age y con buenos arreglos.
Ya en “Épika” encontramos esos retales que caracterizan a Minimalia, riff de guitarra contagioso, voces encandiladoras y ritmo contenido pero trepidante. Agarra la española para “Moraima”, canción con aires más del sur, acompañado de palmas, cajones y percusiones que gusta mucho a los oyentes latinos.
La evolución de este grupo alcanzó su cenit en su obra anterior “Ottá”, y con esta nueva obra emprenden esa senda descubierta, mostrándonos su parte más atmosférica de su particular estilo. La inicial “Silfur Refur” nos engancha con esa atmósfera glaciar y con Adalbjorn Tryggvason llevando el peso del tema en su desgarradora voz y en las guitarras de Sæþór Maríus Sæþórsson y la suya propia, siendo un acierto como primer single.
Los pequeños cambios sonoros aparecen ya en su segundo tema, “Isafold”, que se abre con un teclado muy años ochenta y que destila mucha melodía, con un bajo de Svavar Austman profundo y otra gran labor vocal de Tryggvason.
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