Regreso de este excelente guitarrista y también compositor. Deja apartado su proyecto de blues The Majestics de sus últimas referencias y nos adentra en composiciones hard rock con gran maestría.
De entrada “Sueño eterno” es trepidante y directa, con unos licks muy certeros, la voz de Salán sin ser muy brillante engarza bien en esta canción con una estructura muy dinámica; muy buena la batería de Edu Comiato.
Más hard rock de bella factura con “Viejos dinosaurios”, con un estribillo pegadizo sacado de la vieja escuela, grandes dosis de guitarra tanto en licks como en los solos y riffs, sonando todo muy compacto; de lo mejor del disco.
Tercer larga duración de esta banda de Boston que dándoles una escucha, van sorprender con la mezcla de estilos que hacen y lo muy bien parados que salen. Para mí uno de los discos más completos de este año. Digamos que circulan entre el heavy rock y el hard rock más contundente, pero con una visión más actual.
Abren con “No escape”, hard rock con mucha mala ostia, una versión Hellacopters a la bostoniana, con mucho groove, demostrando que la voz de Matt Harrington te hará disfrutar junto unos duelos de guitarra de Scott O'Dowd y Alasdair Swan más que ardientes; coros pegadizos para los directos.
Tercer larga duración de estos catalanes que practican lo que se denomina post rock instrumental. Esta banda familiar conformada por Angel, Oscar y Jordi de las Heras, más Nico Galindo, nos traen una bella obra que te dejará absorto durante toda su escucha.
“Brain fog” posee una estructura clásica de comienzo lento y vaporoso, para luego entrar con fuerza las distorsiones y tomar el mando las minimalistas notas que te llevan a cerrar los parpados; le sucede una calma intensa para luego emerger de nuevo esas melodiosas notas secuenciadas que nos llevarán hacia un final muy armonioso.
La evolución dada en su obra anterior Éter se reafirma en esta nueva y larga obra, donde encontraremos de todo dentro de este abanico de metal hispano.
Abren estos madrileños con la pegadiza “Salto de fe”, toda una profética declaración ante la avalancha de metal de tintes melódicos y que fue su single de adelanto; poseedora de unas guitarras de Borja y Álvaro bien compensadas entre riffs y solos, y una batería contundente por parte de Darío.
Muy pegadiza con ese riff entra “La cura”, otro gran ejercicio de metal melódico con buenos cambios de ritmo y un estribillo pegadizo; batería bien conjuntada y una apuesta segura en los registros vocales de Txema.
En su nota de prensa los definen como una banda que practica un post rock y metal, lo cierto es que estos canarios son herederos de los sonidos Tool y sus derivados, pero cantando en castellano y con letras igual de crípticas y oscuras, muy en la onda de Morgana vs Morgana. El comienzo es con su tema más corto (cuatro minutos), “1 + 1”, con esas guitarras atmosféricas de Ton deslizándote hacia un ambiente envolvente con el añadido de la voz de PL repitiendo unos versos, mientras el bajo y la batería los acompañan lánguidamente.
“Laberintus” se recrea en el metal progresivo de los de Keenan y los primerizos Sôber, con un buen juego de voces, con el bajo de Flo intenso y jugoso; PL demuestra su dramatismo interpretativo, jugando con sus cuerdas vocales a lo largo de este enrevesado y oscuro tema, llegando a los nueve minutos de duración.
Desde tierras navarras llega este EP, su cuarta entrega discográfica, que me sabe a poco luego de su anterior obra del 2018 que disfruté bastante. Ya es habitual en ellos hacer una obra con una temática concreta, en este caso toca la emigración y sus connotaciones sociales y políticas.
Así la intro con el piano de “Ze azkar ahazten duten” es un recordatorio a todos los que emigraron de nuestro país y la actitud ante los que vienen ahora a nuestra tierra.
Este proyecto de mini opera existencial en formato EP surge en la cabeza del canadiense Rogan McAndrews (Guitarra, Bajo, Voz de Damian, Synths), acompañado de Deyson
Thiara (Batería), y de la voz de Anna Draper como Hope. El argumento son las cartas de un personaje a su esposa e hija, contando sus temores y deseos.
Son tres temas más la bucólica intro “Latters from a lost soul” puede que nos sepa a poco, pues cuando entran esos armónicos al iniciar “Wings” ya te está enganchando el oído; tema instrumental con buenos cambios de ritmo del batería y mucha melodía en las guitarras, con fraseos pegadizos y armoniosos que se extienden en los siete minutos de duración, sin dejar de lado esos diferentes ambientes en su estructura musical.
Tercera y cautivadora obra de estos chipriotas que destilan un rock psicodélico con claras influencias setenteras y toques desérticos en algunos de sus pasajes. “Snakecharm” abre con aires mediterráneos oriental, con ese hipnótico y profundo bajo de Andreas Kerveros llevándote por desiertos del norte africano, a la vez que la guitarra de Stathis Hadjicharalambous desprende notas envolventes hasta la llegada de la voz de Panagiotis para realzar ese climax en su manera de cantar; buen comienzo y buenos arreglos.
Siguen esa estela musical con “Wave high”, esta vez con unas armonías inicial de las guitarras muy cautivadoras y con ese timbre de voz de Panagiotis tan peculiar; destaca su estructura bien dispuesta, buenos cambios de ritmo y atmósfera sugerente, haciendo de este tema uno de los más destacables del disco.
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