No soy dado a realizar reseñas de EP’s, pero este año por causa de la pandemia muchos grupos y proyectos sacan sus propuestas en este formato ante la escasa actividad en directo y la imposibilidad de juntarse en un estudio o local de ensayo.
Aquí estamos ante un supergrupo donde los guitarristas Gary Arce de Yawning Man y Bob Balch de Fu Manchu juntaron al resto de chamanes del Stoner como Tony Reed (Mos Generator), Mario Lalli (Fatso Jetson, Yawning Man), Per Wiberg (Spiritual Beggars, ex-Opeth), Bill Stinson (Yawning Man), Nick Oliveri (Mondo Generator, ex-Kyuss, etc.), Lisa Alley e Ian Graham (ambos de The Well), Alain Johannes (Them Crooked Vultures, Cornell, Eleven) y Thomas V. Joger (Monolord), y decidieron publicar esos encuentros creativos.
Estos canadienses de Montreal presentan su tercera obra y nos quieren tumbar las cabezas con su hard rock contundente, y tras su escucha creo que me quedo corto. Fred Crew Grrr y Frank Kelly (guitarras), Fred Kelly (bajo), RL Black (vocals) y Mat Hias (batería) te van abrasar según entra su primer trallazo y single “Straight from hell”, un tema portentoso lleno de fuerza con la voz rasgada de RL Black marcando estilo y un riff clásico pero efectivo como su estribillo, genial carta de presentación.
Otro trallazo de la mano de “Hittin on all sixies”, hard rock americano contundente, buenas armonías vocales y coros, con un estribillo de libro y guitarras ardientes; el matasellos de la carta de presentación. Mucho groove y tensión en “Who do you wanna be”, un ejercicio de rock profundo con gran labor vocal de RL Black y de los duetos de guitarras de Fred y Frank, con ese brillante estribillo y una batería a piñón fijo.
Segundo disco del proyecto de Gabrieli Fiori (Black Rainbows), rock acústico alternativo con raíces americanas y algunas gotas de country. La mundialista “Mexico’84” te abre la mente con esos coros melodiosos y un estribillo certero, acústicas armoniosas, batería contenida y un solo de guitarra clásico.
El single “Sitting down on the porch” ya te lleva al terreno country, siendo un tema simple y efectivo, con la voz de Fiori muy melódica y sugerente.
Más directa es “Obssesed by the west”, una canción que posee diferentes estructuras, una inicial más rockera, otra surtiendo más country rock y otra que enfila hacia el final con ese rock americano setentero que rozaba la psicodelia; preciosos detalles del lap Steel y los punteos de la acústica.
Regreso de este excelente guitarrista y también compositor. Deja apartado su proyecto de blues The Majestics de sus últimas referencias y nos adentra en composiciones hard rock con gran maestría.
De entrada “Sueño eterno” es trepidante y directa, con unos licks muy certeros, la voz de Salán sin ser muy brillante engarza bien en esta canción con una estructura muy dinámica; muy buena la batería de Edu Comiato.
Más hard rock de bella factura con “Viejos dinosaurios”, con un estribillo pegadizo sacado de la vieja escuela, grandes dosis de guitarra tanto en licks como en los solos y riffs, sonando todo muy compacto; de lo mejor del disco.
Tercer larga duración de esta banda de Boston que dándoles una escucha, van sorprender con la mezcla de estilos que hacen y lo muy bien parados que salen. Para mí uno de los discos más completos de este año. Digamos que circulan entre el heavy rock y el hard rock más contundente, pero con una visión más actual.
Abren con “No escape”, hard rock con mucha mala ostia, una versión Hellacopters a la bostoniana, con mucho groove, demostrando que la voz de Matt Harrington te hará disfrutar junto unos duelos de guitarra de Scott O'Dowd y Alasdair Swan más que ardientes; coros pegadizos para los directos.
Tercer larga duración de estos catalanes que practican lo que se denomina post rock instrumental. Esta banda familiar conformada por Angel, Oscar y Jordi de las Heras, más Nico Galindo, nos traen una bella obra que te dejará absorto durante toda su escucha.
“Brain fog” posee una estructura clásica de comienzo lento y vaporoso, para luego entrar con fuerza las distorsiones y tomar el mando las minimalistas notas que te llevan a cerrar los parpados; le sucede una calma intensa para luego emerger de nuevo esas melodiosas notas secuenciadas que nos llevarán hacia un final muy armonioso.
La evolución dada en su obra anterior Éter se reafirma en esta nueva y larga obra, donde encontraremos de todo dentro de este abanico de metal hispano.
Abren estos madrileños con la pegadiza “Salto de fe”, toda una profética declaración ante la avalancha de metal de tintes melódicos y que fue su single de adelanto; poseedora de unas guitarras de Borja y Álvaro bien compensadas entre riffs y solos, y una batería contundente por parte de Darío.
Muy pegadiza con ese riff entra “La cura”, otro gran ejercicio de metal melódico con buenos cambios de ritmo y un estribillo pegadizo; batería bien conjuntada y una apuesta segura en los registros vocales de Txema.
En su nota de prensa los definen como una banda que practica un post rock y metal, lo cierto es que estos canarios son herederos de los sonidos Tool y sus derivados, pero cantando en castellano y con letras igual de crípticas y oscuras, muy en la onda de Morgana vs Morgana. El comienzo es con su tema más corto (cuatro minutos), “1 + 1”, con esas guitarras atmosféricas de Ton deslizándote hacia un ambiente envolvente con el añadido de la voz de PL repitiendo unos versos, mientras el bajo y la batería los acompañan lánguidamente.
“Laberintus” se recrea en el metal progresivo de los de Keenan y los primerizos Sôber, con un buen juego de voces, con el bajo de Flo intenso y jugoso; PL demuestra su dramatismo interpretativo, jugando con sus cuerdas vocales a lo largo de este enrevesado y oscuro tema, llegando a los nueve minutos de duración.
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