Desde tierras navarras llega este EP, su cuarta entrega discográfica, que me sabe a poco luego de su anterior obra del 2018 que disfruté bastante. Ya es habitual en ellos hacer una obra con una temática concreta, en este caso toca la emigración y sus connotaciones sociales y políticas.
Así la intro con el piano de “Ze azkar ahazten duten” es un recordatorio a todos los que emigraron de nuestro país y la actitud ante los que vienen ahora a nuestra tierra.
Este proyecto de mini opera existencial en formato EP surge en la cabeza del canadiense Rogan McAndrews (Guitarra, Bajo, Voz de Damian, Synths), acompañado de Deyson
Thiara (Batería), y de la voz de Anna Draper como Hope. El argumento son las cartas de un personaje a su esposa e hija, contando sus temores y deseos.
Son tres temas más la bucólica intro “Latters from a lost soul” puede que nos sepa a poco, pues cuando entran esos armónicos al iniciar “Wings” ya te está enganchando el oído; tema instrumental con buenos cambios de ritmo del batería y mucha melodía en las guitarras, con fraseos pegadizos y armoniosos que se extienden en los siete minutos de duración, sin dejar de lado esos diferentes ambientes en su estructura musical.
Tercera y cautivadora obra de estos chipriotas que destilan un rock psicodélico con claras influencias setenteras y toques desérticos en algunos de sus pasajes. “Snakecharm” abre con aires mediterráneos oriental, con ese hipnótico y profundo bajo de Andreas Kerveros llevándote por desiertos del norte africano, a la vez que la guitarra de Stathis Hadjicharalambous desprende notas envolventes hasta la llegada de la voz de Panagiotis para realzar ese climax en su manera de cantar; buen comienzo y buenos arreglos.
Siguen esa estela musical con “Wave high”, esta vez con unas armonías inicial de las guitarras muy cautivadoras y con ese timbre de voz de Panagiotis tan peculiar; destaca su estructura bien dispuesta, buenos cambios de ritmo y atmósfera sugerente, haciendo de este tema uno de los más destacables del disco.
Se les denomina una banda stoner, pero rezuma blues rock por todos los lados, y en este cuarto larga duración estos italianos lo reafirman. Así su apertura con la directa “Seaward” te plantará con el stoner más fronterizo con California, con los tres Matteo desempolvando riffs rockeros y un profundo bajo sin fuzz, con una batería muy revoltosa y con detalle en las voces realizadas por todos.
“From the abyss” se inicia con unas armoniosas guitarras de Sciocchetto y Barsacchi que te lleva a una especie de rock americano hiper vitaminado y a la vez edulcorado con ese juego de voces, mientras D’Ignazi mantiene el pulso ante los diferentes cambios de ritmo y textura, dejándote al final de la escucha como una montaña rusa de sensaciones agradables.
Desde Canadá nos traen su séptimo disco en estudio el trío formado por Ken Baluke (guitarra y voz), Frank Sargeant (Bajo) y Ryan Aubin (Batería). Su estilo es un inconfundible stoner pesado y con tintes espaciales, que ya desde su primer tema “Hopeless” lo dejan muy claro: ritmo lento, bajo muy saturado como la guitarra, voz cavernosa y una batería rellenando los espacios posibles ante esa plomiza estructura.
Ascienden a la oscuridad con “JJ”, repitiendo esas premisas sonoras, con la voz de Ken Baluke más reverberada para darle mayor sensación espacial y una guitarra menos grave.
Un wah-wah oscuro introduce “Trust”, un tema con más brío y sugerente por ese riff efectivo, continuando con ese bajo saturado de Frank Sargeant y un mayor dinamismo en la batería de Aubin.
Este cuarteto francés nos presenta su tercer larga duración, siendo una banda desconocida por mi parte y que ha logrado llamar la atención de mis oídos y de mi mente. Su estilo encaja bien en un post rock instrumental con pinceladas de metal, con gran profusión de ambientes lánguidos y fuertes transiciones.
El inicio con “II” me llegó a recordar a Los Suaves y su “Dios es suave”, siendo la intro para “Songe”, un tema cargado de profundidad sonora, con las guitarras de Louis Lambert y Vincent Ghislan decorando la brutal pegada de Marc Le Saux que destaca sobre el resto; el tema posee secciones más rápidas y otras con un ambiente más contenido, teniendo el bajo de Nicolas Zivkovich como incitador de todos esos cambios.
Banda que cumplirá el próximo año 2021 su 35º aniversario, nos presenta su quinto álbum bajo esta denominación, ya que sus miembros han sacado diferentes obras con otros nombres. Siguen pilotando esta nave de rock desértico espacial, Gary Arce a la guitarra y Mario Lalli al bajo y las voces, estando acompañados nuevamente a la batería por Bill Stinson. Estos pioneros de las desert jams y banda de culto, nos traen su última locura y es que han decidido grabar en directo una actuación sin público en el desierto.
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